La leyenda del Orfanato del Valle
Santo Ángel, octubre 2025 | Ángel Matas Zapata.
Cada año, cuando se acerca el día de Halloween, me gusta compartir con los amigos de la Asociación de Vecinos una historia acorde con estas fechas, costumbre que se inició en el pasado con la publicación del trabajo titulado “la desconocida historia de los difuntos de Santo Ángel”. Esta vez quiero compartir esta leyenda con el deseo de que tratéis de pasar un rato agradable, y con cierto grado de miedo.
La Guerra Civil
El terrible episodio de la Guerra Civil causó la muerte a miles de personas y también el hecho de que muchos niños quedaran huérfanos y tuvieran que ser acogidos en orfanatos para su supervivencia, y recibir la correspondiente educación. Uno de ellos fue el Castillo de Olite, inaugurado en 1940, y que estuvo en funcionamiento hasta 1970.
Dada la rigidez de la enseñanza en aquellos años, es fácil imaginar la dureza con que eran educados estos niños, y las situaciones de violencia que tendrían que soportar. El protagonista de nuestra historia es Tom, un niño de padre inglés, combatiente en el bando republicano, y fallecido durante la guerra, mientras que de su madre nunca se supo nada.
Sufriendo los duros castigos
Tenía 9 años y era muy activo, participando en sus ratos libres en todos los juegos con sus compañeros, pero también sufriendo los duros castigos que le infringían sus maestros, en especian D . Camilo, que destacaba por su extrema rigidez y violencia. A pesar de todo era feliz, y después de tantos años, consideraba al orfanato como su hogar.
Una mañana, durante el recreo, se encontraba jugando a la pelota cuando, sin querer, rompió un cristal, en concreto el de la ventana del despacho de D. Camilo. Este, bajó corriendo las escaleras, y lleno de furia se encaró con Tom asegurándole que le iba a castigar de un modo que no olvidaría jamás.
Una puerta cerrada con llave
Aquella tarde lo citó en su despacho a las siete y lo condujo por unos pasillos que Tom no había visitado en sus largos años en el orfanato. En algún lugar del tercer piso se detuvo ante una puerta cerrada con llave, y con un grueso candado, y en la que había un cartel que decía “Sala de Fofito” (llegados a este punto quiero aclarar que esta leyenda es muy anterior a la existencia del payaso Fofito de nuestra televisión).
Estoy seguro de que disfrutarás mucho, le dijo D. Camilo antes de cerrar con llave la puerta al salir. Tom quedo sumido en la oscuridad casi absoluta preguntándose entre otras cosas quién sería el llamado Fofito, y cuanto duraría su encierro en aquella fría y oscura habitación.
Poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad hasta que de pronto, y con un gran sobresalto, se percató de la presencia de la figura de un payaso de casi dos metros de altura, sentado en un rincón de la habitación. Le causó escalofríos su penetrante mirada. Pensó en acercarse a él para darle la vuelta pero no se atrevió.
El horrible payaso
Se acostó, tratando de dormir, pero continuaba notando la penetrante mirada del horrible payaso en su nuca, y, aunque estaba dándole la espalda, sentía su presencia cada vez más cerca de él, y escuchaba algún leve ruido que le confirmaba la idea de que se estaba aproximando muy poco a poco. Cada vez tenía más miedo y no podía entender quién era aquel enorme muñeco y cuál era el motivo por el que le causaba tanto terror. Así pasaron algunas interminables horas hasta que a las tres de la mañana, se oyó un terrible grito que resonó en todo el orfanato. Nunca más se volvió a saber nada de Tom, nadie se interesó jamás por su
paradero, y aquella maldita habitación jamás se volvió a abrir.
Una leyenda
Tal vez Fofito no era solo un payaso. Tal vez esto sea solamente una leyenda muy apropiada en estas fechas, pero hay quien dice que, algunas noches de Luna llena, se puede oír el llanto de un niño, y a continuación un grito desgarrador seguido de una carcajada escalofriante.
Os deseo de corazón un feliz Halloween.
Angel Matas Zapata
Bibliografía: Este pequeño trabajo está basado en un magnífico video del que no figura el autor, y publicado en una página web, lamentablemente desaparecida en 2018, llamada “Vivir en la Alberca”.
Fotografías:
Ruinas Hogar de Auxilio Social Castillo de Olite – Jerome van Passel
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